miércoles, 21 de marzo de 2012

I ENCUENTRO JUVENIL MISIONERO (ENJUMI)

Los días viernes 16 al domingo 18 de marzo, los jóvenes de la Parroquia San Pedro y San Pablo de Chocope participaron del I Encuentro Juvenil Misionero organizado por los hermanos del grupo Jóvenes Sin Fronteras de la Parroquia San Lorenzo.
Hubiésemos querido que participaran también los jóvenes de las distintas parroquias del Valle Chicama, pero no fue posible. Los motivos sólo ellos lo saben porque la invitación se realizó con dos semanas de anticipación. Pero de todos modos fue un encuentro bello y con ese aire de intimidad familiar necesarios para un crecimiento fraternal más duradero y sólido.
Aunque la mayoría fue gente de Trujillo, nos acompañaron dos hermanas cristianas de la ciudad de Chiclayo quienes también se llevaron esta grata experiencia.
Esperamos crecer continuamente como grupo y por eso te agradecemos, Dominus, por tanto bien que nos regalas




domingo, 18 de marzo de 2012

REUNIÓN DEL CLERO JOVEN


Y esta vez tuvimos la alegría de poder acoger a nuestros hermanos sacerdotes cuyas ordenaciones no superan todavía los cinco años. Este grupo de sacerdotes cuentan con los cuidados del Obispo Auxiliar, Monseñor José Javier Travieso Martín C.F.M., el cual a su vez ha sido delegado por el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte O.F.M.
Si bien no pudieron acudir dos sacerdotes, por cuestiones que superaron sus responsabilidades, la reunión resultó de lo más agradable en el diálogo, en el deporte, en el almuerzo y sobre todo en la oración constante. Gracias, Dominus, porque todavía hay quienes responden a tu llamada en nuestra Arquidiócesis de Trujillo para mayor honra y gloria tuya.






sábado, 17 de marzo de 2012

VISITA DE UN EXORCISTA

Padre Fortea en el Seminario

El Padre José Antonio Fortea es conocido mundialmente por un precioso servicio que Dios le ha encargado en este siglo para bendición de muchos. Es exorcista.
En realidad para muchísimos no creyentes y para muchos creyentes (incluso sacerdotes) esto de las posesiones e influencias demoníacas es puro cuento medieval con el cual ya no se puede meter miedo a la gente para que "crean" y tener los templos repletos de fieles. Y todo esto porque afirman, sin sonrojos ni dudas, que cada cosa se puede explicar desde la óptica de la ciencia experimental y positivamente rigurosa.
Y, claro, decir que alguien es exorcista no sólo suscita curiosidad porque se le ve como una de esas cosas raras por lo que dice saber, conocer y vivenciar, sino que además produce cierta aversión (sobre todo en aquellos que se dicen creyentes de Dios y de su Iglesia) porque "uno trabaja tanto para darle a la Iglesia un rostro más conciliador y más realista, y ahora viene un tipo con esto que ya nadie cree". Sí, así pasa, aunque no en todos.

Pero, el Padre Fortea es exorcista y lo que uno oye de su boca y lo que uno ve cómo lo dice (con una sencillez de niño) no queda más que agradecerle por dejarse llevar por el Espíritu Santo. Su visita, el jueves 15 de marzo, al Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo, nos ha sido muy reconfortante.
Un gran tipo, un hombre prudente, un instrumento dócil de Dios que nos habla, en pleno siglo XXI, de aquello que el espíritu impuro se ha encargado de negarlo en todos los idiomas y en todos los lugares.
Gracias, Dominus, por haber dado a los hombres -inmerecidamente- tu poder.


viernes, 16 de marzo de 2012

INICIO DEL AÑO ACADÉMICO EN EL SEMINARIO MAYOR

Un años más de estudio, un año más en que nos otorgas tu gracia, Dominus. En estos próximos 387 años de creación y de ininterrumpida labor, el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo de Trujillo dio por iniciado (por tu bondad) el año académico 2012.
Por eso no queda más que agradecerte, Señor, por tanto bien que otorgas a tu Iglesia. Los jóvenes escuchan tu llamada y para alegría de todos responden generosamente con cariño y a la vez con gratitud.
Seminaristas y sacerdotes juntos
Por mi parte, aún me siento pequeño por esta generosidad tuya para conmigo, aún me siento verdaderamente conmocionado por haberte fijado en mí cuando sabes que he conocido a muchos jóvenes mil veces mejores que yo, Dominus. Me has respondido de a pocos con los años, y a pesar de ello no logro entender, aunque ya no se trata de entender si no de sentirme siempre agradecido. Diez años de cambio, diez años de tanto amor evidente para conmigo, diez años de cercanía; pero también de largos silencios. De esto último ya no hablaré.
Celebración de la Santa Misa
Hay quienes creen todavía que los jóvenes estudian en el seminario para ser sacerdotes, y por más que uno les explique que no es así siguen en la misma línea del error. No se estudia para ser sacerdote, se estudia para enseñar, para servir. No es que cuando uno acaba el seminario se gradúa de sacerdote. No, no es así. El ser sacerdote no es un derecho que se obtiene por haber estudiado tres años de filosofía y cuatro años de teología. El sacerdocio es un don que Dios lo da a quien crea conveniente, a quien llame. Y Tú, Dominus, porque lo has querido así, dejaste tal encargo en manos de tu Iglesia, la que a su vez -siendo Tu Cuerpo y tu esposa- ha depositado tal responsabilidad a los Epíscopos u Obispos. Los Obispos consideran el tiempo propicio de modo prudencial. No se estudia para ser sacerdote: se estudia para servir, para orientar, para educar, para animar, para  clarificar...
Gracias, Dominus, por tanto bien.

sábado, 10 de marzo de 2012

EL VIA CRUCIS

Caminar
El viernes nos decidimos, como cada año, manifestar nuestra fe en Cristo Jesús a través del rezo del Via Crucis por medio de un recorrido por las calles de Chocope, específicamente en el sector conocido como Terraplén B.
Partimos cerca de las 4 pm hacia la primera casa donde una de las pocas personas católicas, que todavía existen justamente en esa calle, había preparado en la puerta de su casa una mesita cubierta con un mantel blanco y sobre ella la imagen de la primera estación que anuncia la condena impuesta, por parte de Poncio Pilato, a Jesús de ser crucificado. Cuando acabamos los rezos que nos permitieron rememorar el suceso de la condena a nuestro Señor, continuamos hacia la siguiente casa llevando en procesión la imagen de dicha estación. Y así sería con todas las estaciones luego de orar, sumando un número considerable de feligreses que nos acompañaban de modo directo o indirecto (sobre todo aquellos que dejaban de jugar en la calle, o apagaban sus equipos de sonido cuando nos veían venir o cuando nos escuchaban orar).
Escuchar
Lo triste fue ver tantos espacios de sectas cristianas en calles contiguas ¿Tanto se han dividido, Dominus? ¿Pero, si Tú eres Uno? Con este rezo hemos querido también manifestar nuestra condición comunitaria y unitaria que nos ha costado y nos cuesta mantener en estos dos mil años; pero con tu gracia, Dominus, hemos estar firmes.
Catorce estaciones y lo agradable fue el final, pues una hermana viendo nuestra procesión sacó su mesita, la colocó en su vereda, lo adornó con mantel y un florero, y colocó la imagen del Señor de la Divina Misericordia sobre la pared de su casa, y realizando esto y viendo lo cerca que estábamos, pidió que también lo visitemos dejando a medio mundo desconcertado porque justamente la última estación se encontraba como a cien metros de donde estaba esta hermana. Le tuvimos que pedir nos esperara, que no se preocupara porque íbamos luego donde ella. Y así fue.
Contemplar
¿Hermano, qué estación va a rezar si ya se terminaron todas? Me preguntan y les digo, pues la oración final porque hemos acabado con la conmemoración de Jesús en el sepulcro y ahora vamos donde Jesús Resucitado y Señor de la Divina Misericordia.
Culminamos antes de lo previsto, más Tu Espíritu Santo vibraba sobre quienes participaron de esta santa piedad. Por eso nos acompañaron en un procesión bella, espontánea, que se dirigía al Templo donde se dejarían los cuadros. Esta procesión hermosa y final se realizó con cantos a viva voz desde la última casa en que oramos hasta tu casa, Dominus.
Gracias, Dominus, por este bien que nos regalas y gracias porque nos permites anunciar que no hay Dios como Tú. Gracias por permitirnos acompañarte en el recuerdo de tus suplicios y por eso te digo en nombre de quienes nos acompañaron: sequar te, Dominus.

viernes, 9 de marzo de 2012

UN AÑO MÁS DE VIDA...

Recuerdo que cuando era un niño me emocionaba mucho saber que a un amiguito del barrio le celebrarían su cumpleaños. Me emocionaba porque era el momento propicio y oportuno donde uno podía embutirse de una variedad de golosinas sin pagar un céntimo. Me emocionaba mucho porque, además, en casa jamás celebraron un cumpleaños como los de ellos... y ahora sé los motivos de modo incuestionable. Pero lo que más me emocionaba de estas fiestas y me llamaba la muchísimo la atención era percatarme ver los detalles que los padres y tíos y amigos de los padres y de los tíos y tantas personas ponían en adornar la casa donde se iba a celebrar la fiesta. Globos por aquí, serpentinas por allá, guirnaldas de papel más allá, una mesa con una gran torta acompañada de golosinas de diversas especies... y música.
Lo que entonces no entendía lo iba entendiendo poco a poco. En verdad no entendía tanto la algarabía de planificar todo y de participar todos de la fiestita realizando cada quien, de la manera más propicia y óptima, su tarea: "tú te encargas de las invitaciones; tú de preparar la torta; tú de adornar la casa; tú de..." En verdad demoré en entender que, la familia y los amigos de la familia, se empeñaban en tanto trajinar porque era el modo como expresarían la alegría -hacia el niño- por haber logrado llegar hasta el día en que rememoraban todos la fecha cuando había dejado el vientre materno y había empezado el verdadero reto de vivir. Sí, festejaban el éxito propio, una especie de decir: "lo lograste, felicidades. Esperamos que logres llegar a la próxima fecha como hoy; pero por ahora eres un triunfador ¡festejemos!"
En casa eso lo logré entender después de seis años cuando en torno a mamá estaban mi hermana mayor y mis hermanas menores queriendo ayudar en la preparación de un queque para mí. Me llamó mucho la atención la alegría y el esmero con que participaban mis hermanas y por un instante creí que era por el hecho de tener la ocasión de comer ese postre. Me equivoqué y lo recuerdo ahora tan lejano y tan cercano cuando mamá me dijo algo así como que estaban contentas porque yo logré alcanzar los seis años y mis hermanitas tenían la confianza de también lograr llegar vivir los años que yo ya contaba. Tal vez no fue así lo que dijo o quien sabe no quiso decir eso que digo; pero así lo entendí. Desde entonces la vida para mí tenía una especie de sabor a veces dulce, a veces amargo, a veces sui generis... La vida, la vida era como un sueño y conforme crecía me dolía mucho y me alegraba mucho. Tú sabes, Dominus, lo que viví en comunión con mamá y mis hermanos. Anhelaba ser joven pronto y cuando al fin lo fui rogaba que el tiempo transcurra al paso de un caracol. Sí, fui feliz de algún modo sin Ti, Dominus, pero sabes que me engañaba. Fui por donde supuse no me encontrarías creyendo ibas a desistir de buscarme, mas fuiste tras de mí, insistente y amable, bondadoso y afable, y me encontraste y me abrazaste... aunque esa es otra historia.
No hace mucho festejé un año más de vida y me ponía a pensar en mi hermano José que no logró llegar a vivir 25 años. El asunto de la muerte me intriga a veces y me deja como maravillado del milagro de existir. Me pregunto sobre las generaciones futuras que leerán y verán cientos de páginas de muchos que -como yo ahora- escriben algo de sí o de lo que viven o qué sé yo, pero que ya no pueden corregirse o mejorarse en la redacción de la prosa porque simple y llanamente participan -por decirlo de algún modo menos aniquilador- del misterio de la muerte.
Me apuré en crecer cuando niño y a estas alturas de mi vida el festejar el éxito de la existencia aún poseída tiene un aroma a nostalgia de saberme cada vez pronto a la cima de la misma vitalidad y lejos de la frescura de la juventud. Entiendo que me sé pronto cada vez más adulto... me asusta el canto de la senectud, Dominus, más que la propia efimeridad. A estas alturas de mi vida, festejar el éxito de la existencia motiva a decirle con ironía a los adolescentes: "¿llegarán hasta donde estoy?", para soportar con cierto dolor a nostalgia sus respuestas: "no sabemos; lo que sabemos es que ya no estás en el presente nuestro".
Feliz cumpleaños a mí, Dominus. Gracias por todo lo vivido.